La esencia de la crisis, lo que de verdad subyace a la depresión económica, es el exceso de capacidad productiva de España. Aquí sobra de todo, aproximadamente un 25%. En España sobran coches y fábricas de coches. Sobran casas y empresas de construcción. Sobran electrodomésticos y capacidad productiva. Sobran centros comerciales. Sobre todo, sobran grandes infraestructuras. Un 25% de los aeropuertos, autovías, embalses, plantas desaladoras infrautilizadas, regadíos...
* Fuente: La Vanguardia - Mario Gaviria - Domingo, 28 de Agosto de 2010
Sobran equipamientos urbanos, parques vacíos, polideportivos, centros cívicos, bibliotecas, iglesias, clubs de jubilados. Faltan clientes para la oferta de viajes del Imserso. El símbolo más evidente del éxito español y del sobredimensionado económico es la capacidad de generación eléctrica. Sobran nucleares, sobran centrales de carbón, sobran ciclos combinados de gas. Sobra gas importado que tenemos que pagar aunque no lo consumamos.
Sin embargo, uno de los sectores clave en que hay demanda para los próximos tres años, es el de la electricidad renovable sostenible descarbonizada. Así lo intenta el Paner.
El Plan Nacional de Energías Renovables (Paner), actualmente en negociación entre el PSOE, el PP, las organizaciones ecologistas y las empresas, se queda corto. Recordemos que un cambio hacia un modelo todo eléctrico, requerirá unos 30 o 40 años. España lleva 10 años de adelanto con respecto al resto de países del mundo, junto con Alemania y Dinamarca, y tenemos que plantearnos objetivos más amplios. Las dos Castillas, Aragón, la Andalucía interior y Extremadura, son el verdadero mar del Norte eólico y solar del sur de Europa.
La directiva europea, que permite a los países de Europa que no tengan posibilidades de sol, agua, viento o territorio cubrir su 20% de energía renovable para el año 2020, acabarán recurriendo a comprar los excedentes de electricidad sostenible y renovable descarbonizada de España y Portugal. Por eso es muy importante el superar uno de los puntos débiles del sistema eléctrico español, el excesivo aislamiento de Europa, en parte como consecuencia del bloqueo francés. Es tal el éxito eléctrico renovable en España, que nuestro problema es el de almacenar los excedentes y de manera inmediata hay que impulsar los bombeos reversibles de agua, y todo el excedente del sistema hidráulico y de embalses español, hoy infrautilizado energéticamente.
El todo eléctrico renovable sostenible y descarbonizado es un objetivo por cumplir en los próximos 30 años en España, y es el que requiere el cambio del alma del modelo económico. No sólo hay que ampliar la red eléctrica con Europa a través de Francia y Portugal, sino crear una nueva, gigantesca y modélica malla eléctrica, de alta tensión, de alta inteligencia.
Navarra, Aragón y Catalunya, tienen la responsabilidad de acoger las torres y líneas de alta tensión como un servicio definitivo al resto de España y un pequeño sacrificio paisajístico.
La clave del Paner, la clave del futuro del todo eléctrico (su punto débil), está en el combustible no fósil para el funcionamiento de casi 30 millones de vehículos, que en España circulan con hidrocarburos. Sustituir la gasolina y el diésel por electricidad es imposible sin rehacer y fortalecer toda la red de transmisión de alta y media tensión, e incluso baja tensión en las comunidades de vecinos para poder cargar las baterías de los coches. En el caso de la movilidad sostenible de los coches eléctricos, no cabe la analogía con la adaptación que las ciudades han hecho para la calefacción, para las bombas de calor y frí, o para cargar las pilas de los teléfonos móviles.
Hasta ahora, todos los aparatos que se fueron incorporando en los últimos 30 años se adaptaron al sistema eléctrico. Ahora hay que adoptar el sistema eléctrico a los coches. Para conseguir que los coches funcionen con electricidad, habrá que modificarlo y reforzarlo, en gran parte con generación distribuida, con ciudades más compactas y menos ruidosas. Un desafío fascinante, en el que las grandes distribuidoras de electricidad, ahora calladas, y la propia Red Eléctrica de España, Repsol y Enagás, tienen la palabra final.
No deja de ser paradójico que el Plan Estratégico de Infraestructuras Terrestres (PEIT) no se ocupe de la más importante de todas: el transporte de electricidad y la operación del sistema eléctrico. Nuestro punto débil es nuestra dependencia energética, especialmente de los países musulmanes. Entre el 80% y el 90% de la energía es importada, y tenemos reservas de petróleo para unos 120 días y de gas para 40.
La salida de la crisis, que necesitará probablemente 10 años, se hará en gran parte gracias a las energías renovables, especialmente a la electricidad. Muy sencillo y desafiante.
7 sept 2010
La España sobrada y la España renovable
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