¿Qué es mejor para el medio ambiente: utilizar una pantalla o el papel? Lo cierto es que esta cuestión no está tan clara como puede parecer. Como asegura Félix Romero, de la organización ecologista WWF España, aunque lo más ecológico es lo que menos materiales consume, “no existen recetas únicas que valgan para todo”.
Comparemos primero las emisiones vinculadas a un libro de papel comprado en una librería y de un lector de libros electrónicos. Según un reciente estudio del Royal Institute of Technology de Suecia, para que compense la fabricación y uso de un e-book en este país escandinavo hay que leer en su pantalla(1) un mínimo de 33 obras digitalizadas de unas 360 páginas.
El principal impacto de un libro tradicional está en la producción del papel, y el del e-book en la fabricación del dispositivo, en el que se pueden descargar tantas obras como se quiera (o se encuentren), hasta que se convierta en basura electrónica. Según la investigadora sueca Asa Moberg, el que una opción genere más o menos CO2 que otra variará en función del apetito de lectura del usuario (y en esto resulta interesante el aprovechar esta misma pantalla de tinta electrónica para leer otras cosas que libros), pero también del medio de transporte utilizado para ir a la tienda a comprar cada obra de papel. Si se va en coche, la lectura de ese libro tendrá asociadas bastantes más emisiones de CO2.
La opción electrónica parece ventajosa ambientalmente sobre todo para un lector voraz o un profesional que tenga que manejar numerosas publicaciones. De acuerdo a otro estudio de 2009, éste realizado por la compañía californiana Cleantech Group, una persona acostumbrada a cambiar de libro varias veces al mes habrá compensado las mayores emisiones de la fabricación de un Kindle de Amazon en un año. A partir de entonces, tendría mucha importancia cuánto dure la vida de este dispositivo. Por cada año de más que se utilice se habrán dejado de lanzar a la atmósfera unos 168 kilos de CO2; el equivalente, según estos investigadores, a las emisiones generadas en la producción y distribución de 22,5 libros de papel en EEUU.
Entre 150 y 220 kilos de CO2 es también lo que se emite, según la industria papelera española (Aspapel), en la fabricación de todo el papel utilizado de media por un español a lo largo de un año (170 kilos de papel), lo que equivaldría a un viaje en coche de Madrid a Barcelona y vuelta a Madrid. Esto es lo que dice un informe lanzado de forma reciente por esta industria que cita diversos estudios, como el primero del Royal Institute of Technology de Suecia, para defender las supuestas ventajas ambientales del uso del papel frente a las nuevas tecnologías(2).
* Fuente: ECOLAB - Clemente Álvarez - 27 de Abril de 2010
29 jul 2010
La electrónica frente al papel
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